BENJAMÍN CHARRO MORÁN. No resulta fácil que se le reconozca al maestro, a la maestra su labor, o que aparezca en los papeles si no es por cuestiones ajenas a la propia escuela. Marisa Benayas, maestra del colegio público "Juan XXIII" (Zamora), acaba de ser galardonada con el premio "Docente 2008", junto a los alumnos de FP del IES "Claudio Moyano" y es esta una noticia que llena de orgullo a los docentes. Por eso, mis primeras palabras, son las de todos los docentes: ¡Enhorabuena! Sí, porque en estos tiempos que corren en los que la escuela se ve obligada a remar contracorriente, leer noticias así reconforta y empuja. Motiva porque por fin la figura del maestro/a, docente es reconocida y sale de ese ostracismo al que durante ya demasiado tiempo se ha visto sometida. Por fin son los méritos profesionales y vocacionales los que hablan de ella.
Aunque tan sólo te conozco de referencias, me has servido de escusa para sentir orgullo de esta nuestra profesión hoy tan vilipendiada. Felicidades por tu constancia y esfuerzo en la tarea difícil de seguir cada día contando cuentos en los apenas si alguien cree si no son los niños. Sé de tu empeño en modelar como experta alfarera la infancia de hoy a pesar de tanta resistencia social. Gracias por ser capitana y doctora contra la guerra de la ignorancia. Sabes bien que es la escuela la que nos hace libres. Gracias por compartir poetas que hablan de escuela. Sé que tus méritos los avalan todos aquellos que conocen; tu tarea diaria en el aula, y los numerosos premios conseguidos a lo largo de tu larga trayectoria profesional de la que todos tus compañeros y amigos son testigos. Este galardón estoy seguro que ratifica tu enorme humanidad y tu capacidad para la motivación infantil que consigues haciendo que tus alumnos se conviertan, sin querer, como experta maga del aula, en cómplices de su aprendizaje.
Hoy, junto a ti, todos los docentes sentimos el orgullo de nuestra profesión a pesar de tantas dificultades con las que cada día nos venimos encontrando, con frecuencia, con la complacencia de la propia administración más empeñada en hacer de la escuela refugio político que escuela.
Tu esfuerzo y tenacidad, por fin, han sido reconocidos y, con ello, de alguna manera, la labor de todos los docentes. Por ello me alegro, lo digo, y lo escribo. Me alegro por compartir esa tu afición de jugar con los niños a ser poeta; a cocer cuentos con el hurmiento de los cuentos viejos. Me alegro por compartir, también, tu afición por la escuela y las letras saltarinas en unos momentos nada fáciles para hacer poesía de tu tierra y colgarla del aire para que se escondan los trigueros y cogujadas de tu pueblo clavado en la penillanura más perfecto de la Tierra de Campos. Tierra que tú conoces como nadie y recuerdas como si en tu escuela te la hubiesen mandado copiar en el recuerdo miles de veces.
Marisa, permíteme decirte que nos enseñas cada día que la mejor de las clases es conseguir esa complicidad entre alumno y docente de la que tú eres maestra y que, a veces, no nos resulta nada fácil con aquellos alumnos díscolos que se resisten a ser modelados de su ignorancia. Debes sentirte orgullosa de esa tu habilidad y tu empeño por vivir siempre mirando de cara a la escuela o soñando con ella.
Pienso que has elegido el mejor de los versos como referente. Me gusta "tu verso"; y los versos del tango que nunca llegó a la escuela por no tener tiempo. Me gusta tu lema y espero que continúes por muchos años compartiendo versos con tus alumnos y educando a sabiendas que no es una tarea nada fácil. Saber como lo haces tú, poner motores a las barcas de la infancia es el mejor de los libros para una escuela. Niños que hoy parecen también tuyos y mañana serán de todos. Seguro que en el futuro te esperarán para darte un fuerte abrazo y escribirte un enorme "Gracias". Enhorabuena una vez más por haberte ganado el respeto de compañeros y alumnos. Un abrazo.
Benjamín Charro Morán.
Entrevista a Dª María Isabel Benayas Calindo, Premio al Docente 2008 en La Opinión