JUDIT CALVO De la imaginación y el esfuerzo zamorano ha nacido «A leer», una colección de cuadernillos destinados al aprendizaje de la lectura y de la escritura, elaborados por los profesores especialistas en Pedagogía Terapéutica Inmaculada Ramos y Santiago Pardo.
Divertidas y vistosas, las cartillas ya están en el mercado bajo el sello de la editorial madrileña CCS, dirigidas al alumnado de segundo ciclo de Educación Infantil y al primer ciclo de Educación Primaria. Además, según señalan los docentes, «puede servir como recurso para cualquier tipo de alumnado con necesidad específica de apoyo educativo o, con algunas adaptaciones, para la alfabetización de adultos».
El método de lectoescritura elaborado por Ramos y Pardo presta especial atención a las sílabas trabadas, es decir, las que en medio de la sílaba tienen una «l» o una «r» y a las sílabas mixtas. «Las trabajamos con mayor insistencia de la habitual para evitar las confusiones entre ambas, uno de los errores frecuentes durante el aprendizaje de la lectura y escritura, ademas, en base a ellos se introducen ejercicios destinados a incrementar la velocidad lectora y a realizar los primeros ejercicios de composición escrita», explican.
La «familia Cacho» vertebra toda la colección de cuadernillos que, a modo de cuento, van al tiempo enseñando a los más pequeños lo más básico de su aprendizaje. «Con este método intentamos que los niños y niñas estén suficientemente motivados e interesados mientras van aprendiendo, poco a poco y de manera lógica, el proceso que le permitirá realizar una lectura y una escritura funcional. Para conseguirlo partimos, al introducir cada una de las letras, de un cuento que narra historias cotidianas que le suceden a una familia cuyos protagonistas principales son un niño, Cachito, y una niña, Cachita, de 4 y 5 años», señalan los orgullosos profesores con sus cartillas en la mano.
La publicación de este trabajo no es fortuita, sino que recopila el esfuerzo acumulado en el día a día de ambos profesores a lo largo de su dilatada carrera, en la que en ocasiones han echado de menos un método como el que ahora ellos sacan a la luz, «aunque a veces sí que hemos hallado el material que pretendíamos, otras veces no hemos sido capaces de conseguir aquellos libros, fichas o cuadernillos que pudieran satisfacer todas las necesidades que nos demandaban los niños. Por eso empezamos, casi sin querer, a confeccionar fichas, pequeños documentos... para nuestra labor docente y, poco a poco, conseguimos un volumen considerable de documentación al que le hemos ido dando coherencia», explican. «¡Parece mentira la cantidad de fichas propias que llegamos a acumular todos los maestros a lo largo del tiempo!», un compendio de folios que se han transformado en el proyecto que ahora podemos adquirir en todas las librerías del país.
Un especial hincapié han querido hacer los autores en el trabajo conjunto y coordinado del método, tanto de la lectura como de la escritura, «la realización de una gran cantidad de actividades que son por un lado diversas y a la vez son repetidas de manera sistemática, buscando una complejidad creciente que se adapte al nivel de aprendizaje que se va consiguiendo en cada momento. Además, pretende desde los primeros pasos combinar la adquisición de aspectos más formales de la lectura, básicamente una lectura precisa y exacta, con la indispensable búsqueda de una lectura compresiva. En cuanto a la escritura, intentamos que los niños y niñas tengan en cuenta aspectos tan importantes como la direccionalidad, los enlaces, el uso de la pauta...», explican los docentes.
Inmaculada trabaja en la actualidad en el Centro de Educación Especial Virgen del Castillo, mientras que Santiago comparte su trabajo entre el Colegio de Educación Infantil y Primaria Sancho II y el «San José de Calasanz». Además, ambos han recorrido durante los últimos 25 años distintos centros de España, en Toledo o Asturias, así como en la provincia, en localidades como Gema, Almeida, Corrales, Fonfría, Carbajales de Alba, El Puente o Puebla de Sanabria.
A todos esos pequeños a los que les han sacado las primeras palabras leídas o los trazos que más tarde se convertirían en las letras de un texto, agradecen los profesores «sus progresos y sus dificultades, que nos han ayudado a encontrar el camino para buscar las que creemos mejores soluciones y los mejores resultados»
