EL PRISIONERO
Era un prisionero que desde la cárcel se lamentaba de no poder disfrutar de la libertad.
Para él era lo mismo la noche que el día pues la verdad no había mucha diferencia y a él le gustaría ver los campos en flor, oír cantar la calandria y disfrutar del amor.
Todas las mañanas oía cantar una avecica que parecía darle los buenos días, por eso él sabía que estaba amaneciendo. Un ballestero mató a la avecica y este pobre prisionero no pudo disfrutar más de su canto ni saber cuando amanecía.
Sara Gago Lastra 3ºA
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